miércoles, 2 de mayo de 2012

El maravilloso mundo del fondant



¡Buenos días a todos! :)

Hoy quería compartir con vosotros mi primera experiencia con fondant. Sí, esas preciosas tartas decoradas que vemos por ahí están hechas de pasta de azúcar (ya sé que casi todos los que estáis leyendo esto lo sabíais, pero varias personas me lo han preguntado).  Así que he pensado explicar un poquito qué es esto del fondant que nos trae a todos de cabeza.

El fondant es un vocablo francés que significa literalmente "que se funde".  En repostería se utiliza para denominar a un tipo de crema o pasta (según la consistencia que se le dé) que se utiliza para rellenar o cubrir dulces y pasteles.  Su composición es básicamente agua y azúcar, y al fondant "elástico" que es el que se utiliza para repostería creativa se le añaden gelatina, glicerina y glucosa.  Para elaborarlo, se satura el agua con azúcar y se amasa para provocar la cristalización de éste.  Como resultado, tenemos una masa de consistencia similar a la plastilina, que admite teñido y amasado teniendo una gran versatilidad.  Su acabado es liso y mate al secar.

Enfriando el fondant sobre una superficie fría.  Foto de la web de Europast.
                             
En diciembre probé a hacer mi primera tarta de fondant para el cumpleaños de mi amiga Laura.  Ella quedó encantada con la sorpresa y yo me lo pasé muy bien haciéndola.  Así que mejor imposible ¿no? :D

La receta del bizcocho es el famoso MSC (Madeiran Sponge Cake), un tipo de bizcocho muy utilizado para recubrir con fondant ya que es bastante consistente.  ¡Vamos allá!

MADEIRAN SPONGE CAKE

4 huevos a temperatura ambiente
200 gr. mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200 gr. azúcar
200 gr. de harina "bizcochona" (si no encontráis, podéis mezclar harina normal con un sobre de levadura)
100 gr. de harina normal
Opcional: si queremos el bizcocho de chocolate, añadir dos cucharadas soperas de cacao en polvo sin azúcar.

Encendemos el horno a 170º.   En un bol tamizamos juntas las dos harinas (y el cacao si hemos decidido añadirle) y reservamos.  Ponemos en un bol la mantequilla y el azúcar y batimos con la varilla manual hasta que se integren bien.  Añadimos los huevos uno a uno, a medida que uno se vaya incorporando añadimos el siguiente.  Cuando estén los cuatro bien integrados, vamos añadiendo poco a poco la harina sin dejar de remover.  Finalmente quedará una masa muy densa, como en la imagen.



Echamos la mezcla en un molde encamisado (forrado de papel de horno) o untado de mantequilla, intentando que se reparta bien porque luego durante el horneado tiende a abombarse por el centro.  Estas medidas son para un molde redondo de 18 cms. de diámetro, si el vuestro es mayor o menor podéis adaptarlas proporcionalmente.  Lo importante es que no os quede muy lleno ya que en el horno crecerá y se os podría desbordar.  Ante las dudas, mejor repartir la masa y hornear en dos veces.  Un truco que utilizo yo es llenar una vez el molde el doble que la otra, y luego cortar por el medio el bizcocho más gordo para crear tres capas en la tarta.

 En mi caso, utilicé un molde desmontable cuadrado de 18x18 cm. de lado, que compré en Club Cocina  y estaba deseando estrenar, y horneé un solo bizcocho que quedó bastante gordito.

Horneamos unos 40-50 minutos, ya que es un bizcocho muy denso que tarda bastante en hacerse.  Mientras tanto, vamos preparando el almíbar si es que vamos a rellenar el bizcocho en cuanto enfríe (ver abajo).  Cuando pinchemos en la joroba o parte más abombada y veamos que sale limpio el palillo, está hecho.  Lo sacamos y lo dejamos reposar cinco minutos, y luego con mucho cuidado lo desmoldamos bocabajo sobre una rejilla.

¿Por qué bocabajo?  Para que la joroba se nos aplaste y quede boca arriba la parte más planita de la tarta.  Como veis, a mí esto se me pasó y por eso mi tarta me quedó abombada en lugar de plana.  Pero me gustaba el efecto igualmente (una quiere por igual a todos sus hijos, está claro).

Cuando esté totalmente frío, lo partiremos en dos o tres capas (yo aconsejo tres, pero como era la primera vez que hacía este bizcocho no me atreví y lo dejé en dos).



Previamente a rellenarlo, dispondremos las tres capas y las iremos emborrachando con almíbar.  Todo el mundo tiene una receta propia, pero por si no la tenéis, os servirá esta:

ALMÍBAR

250 ml. de agua
4 cucharaditas de ron (si no tenéis, vale ponche o brandy)
2 mondas de limón
200 gr. azúcar

Como decía, mientras se hace el bizcocho, podéis ir haciendo el almíbar para que se vaya enfriando.  Se trata de poner en un cazo todos los ingredientes y cocer a fuego medio hasta que veáis que el azúcar se ha disuelto.  Pero si no vais a utilizar el bizcocho inmediatamente, guardadlo ya partido y sin emborrachar, envuelto en papel film en la nevera (aguanta varios días, yo por ejemplo lo tuve tres).  Lo deseable es que al menos repose un día en la nevera para que la miga asiente.

Para el relleno yo utilicé un ganaché de chocolate y mermelada de albaricoque, porque me gusta mucho la tarta Sacher y quería evocar ese sabor.  Pero podéis usar cualquier mermelada o no usarla, o buttercream de cualquier tipo, o nata, crema...buscad la combinación que más os guste de sabores y experimentad!! :)

RELLENO

1 bote mermelada de albaricoque

Para el ganaché de chocolate:

200 ml.  nata líquida para postres
200 gr. chocolate de cobertura (el que venden "para postres")

Opcional : para el buttercream de chocolate

60 gr. mantequilla
60 gr. azúcar glas
1 cucharada de leche
1 cucharada del ganaché de chocolate ya frío

Preparamos el ganaché de chocolate llevando a ebullición la nata en un cazo, y justo antes de que rompa a hervir apagamos el fuego y echamos el chocolate en trozos removiendo a la vez con una cuchara.  El chocolate se deshará en la nata y quedará una crema.  Dejamos que se temple.

Pasamos al "momento relleno".  Tenemos las capas de bizcocho dispuestas ante nosotros, el almíbar a temperatura ambiente en un bol o en el cazo (quitar las peladuras de limón), y el relleno que vayamos a utilizar.  Lo más útil es tener unas espátulas o lenguas de gato como me gusta llamarlas a mí, pero si no tenéis, con unas cucharas soperas y unos cuchillos planos os podéis apañar.

Echamos un poquito de ganaché en el soporte que vayamos a utilizar para presentar la tarta, para que haga de "pegamento", y encima ponemos el bizcocho que va a quedar abajo del todo para que no se mueva.  Este bizcocho será el de "la joroba bocabajo".  Con un pincel de cocina o una cuchara echamos almíbar por toda la superficie del bizcocho para que empape bien.  Después, lo untamos de ganaché, yo como sólo hice una capa de relleno le puse más de la mitad de una vez, si hacéis más capas, calculad a ojo para repartirlo y que os dé para todo.  Si os gusta con más relleno, podéis hacer más ganaché simplemente aumentando las cantidades de la receta proporcionalmente.

Procurad no llegar al borde ya que al poner luego la tapa hace presión y se desparramaría todo el ganaché.  Yo lo que hice fue construir un pequeño dique con buttercream de chocolate.  Al ser mucho más denso que el ganaché, lo retiene y evita que se salga por los bordes de la tarta.  Lo que hice fue aplicar a 1 cm. del borde un "marco" de buttercream con la manga.  Si no tenéis manga o no queréis gastar una manga para esto, podéis probar con una cucharita a ir repartiendo buttercream por todo el borde, será más cansino, pero os ahorraréis una manga.

En la foto no se aprecia muy bien el "dique", lo siento (ese día no estaba mi prima con su estupenda cámara).


A continuación, ponemos en el segundo bizcocho una generosa cantidad de mermelada, y tapamos el primero con el segundo. Añadimos almíbar al segundo bizcocho por su parte superior y laterales.  Si tenemos más capas, repetiríamos estas operaciones hasta acabar.

Con el resto del ganaché, cubrimos todo el bizcocho por encima y por los lados, bien repartido.  Como a mí no me sobró demasiado, además le puse más mermelada.  La idea es que quede muy húmedo y pringoso para que luego el fondant se agarre bien a la tarta.

Vamos con el momento "fantasma"...jejeje es que cuando le puse el fondant tan blanquito por encima mi tarta parecía un fantasmilla :P

Tomamos el fondant, yo como era la primera tarta que cubría, cogí dos terceras partes del kilo (compré un kilo de fondant marca Renshaw).  Aquí os pongo la foto para que veáis el aspecto que tiene el fondant, para los que aún no os habéis metido en estos fregaos :)

                                                                                     

Mi próximo reto será intentar hacer fondant en casa.  Tengo un libro de repostería que da la receta pero me desanima lo dificilísimo que parece.  Si lo consigo tendréis noticias mías...incluyendo una foto dando saltos!!

El fondant podéis teñirlo o no, a vuestra elección, utilizando colorantes en gel (Wilton, Sugarflair...).  Yo lo dejé blanquito que también me gusta mucho.  Cortad la cantidad que vayáis a utilizar y el resto envolvedlo bien en film y metedlo en un tupper en la nevera.  Si no sabéis cuánto necesitáis, coged bastante y ya guardaréis lo que sobre.

Tomad en las manos el pegote y amasad para que vaya cogiendo blandura y elasticidad.  Cuando lo notéis más maleable, ponedlo en la mesa y con un rodillo (mejor que no sea de madera, y si lo es, dadle primero una capa de icing sugar o azúcar glass porque se pegará) id aplanando y extendiendo hasta que os quede lo más fino posible pero sin llegar a romperse.  Hay gente a la que le gusta dejarlo más gordito pero me parece que tanto fondant empalaga mucho.

Coged con cuidado el fondant y ponerlo sobre la tarta, tal que así.

Mi fantasmita :)

Recortar con un cuchillito los bordes cuidando bien que tape toda la parte visible del interior, y teniendo especial cuidado en las esquinas.  Guardar el sobrante.  Añadir la decoración que más os guste. La mía fue muy sencilla, teñí un poco del fondant sobrante con colorante en gel tono Rose de Wilton y corté unos círculos ayudándome con un vaso.  Para teñir el fondant, simplemente haced un huequito en el centro de la bolita de fondant y añadir una puntita de colorante con un palillo.  Amasad y el colorante se irá repartiendo.  Si queréis un tono más intenso, podéis añadir algo más de colorante, pero es mejor empezar con poco y e ir añadiendo ya que a la inversa la cosa ya no tiene arreglo, a menos que añadáis más fondant o tengáis colorante blanco.

¡Que se me sale el ganaché!

La tarta fue muy sencilla en su acabado pero yo quedé más que contenta con mi primer experimento "fondantero".  Y de sabor estaba muy rica, el MSC se caracteriza por su sequedad así que es importante que emborrachéis bien el bizcocho y lo rellenéis con generosidad.  

¡¡Destrucción masiva!!

Espero que os haya gustado y os animéis a hacer alguna tarta con fondant...sé que es laborioso pero vale la pena.  Y si lo hacéis...¡mandadme las fotos!

¡¡¡¡¡¡Un besazo!!!!!!

Clara 

No hay comentarios:

Publicar un comentario