lunes, 26 de marzo de 2012

Por fin los famosos...cupcakes de Oreo!!! (en dos versiones, oiga!)

¡¡Y aquí está el otro gran favorito junto al Red Velvet para el premio de cupcake más popular!!  Es una receta que siempre triunfa porque ¿a quién no le gusta el chocolate? Y lo más importante, ¿a quién no le gustan las Oreo?



Existe una enorme cantidad de tartas, pasteles, helados, brownies, muffins y cupcakes, entre otros platos, que se hacen con Oreo.  Para que os hagáis una idea esta galleta es el producto de alimentación más vendido del mundo, sólo superado por el Big Mac de McDonalds.

Al igual que el Red Velvet, considero que esta galletita merece una breve introducción histórica:

Las Oreo fueron comercializadas en EE.UU. en 1912 por la compañía Nabisco.  Existen diversas teorías acerca del origen de su nombre, como que las dos "oes" de "cookie" ("galleta" en inglés) aprisionaban al centro de la crema "cream", es decir "re".  Es una explicación graciosa aunque un tanto rebuscada, otras apuntan a que se tomó la palabra griega oreo que significa "algo bonito o bien hecho" tanto por su significado como por su sonoridad.


Aunque parezca curioso, en muchos países no ha sido comercializada hasta muy recientemente, como Croacia o Polonia donde no se podía encontrar Oreos hasta 2011.  En muchos lugares ha sido gracias a McDonalds que incluyó topping de Oreo en su McFlurry que se ha dado a conocer esta galleta.  En China, tras reducir su dulzor para ajustarse a los gustos locales, tras su introducción en 1996, en 2006 llegó a ser la galleta más vendida del país.  Otro dato curioso es que todas las Oreo de Europa se producen en España.

En cuanto a sus variedades, la galleta original se compone de dos galletas duras de chocolate, no muy dulce, que van rellenas con crema de vainilla.  Aunque en España somos poco dados a las fantasías, por ahí fuera pululan todo tipo de formas:

Rectangular...
...con forma de balón de rugby...
¡Gigante!
Así como variados rellenos:




Y las derivaciones más locas:
Sabor a copa de helado 

De helado de frutos del bosque

Doradas

De dulce de leche
Delicia doble de menta y crema
Y mis favoritas...

¡Uh-oh Oreo!

Fueron así llamadas porque en su promoción aparecía una niña que al ver que era el interior de chocolate y el exterior de vainilla (la galleta al revés que la original) decía, "Uh-oh!!"

En fin, no os aburro más con las Oreo, ¡jajaja!

Vamos a la receta, como ponía en el título, son dos versiones, pero sólo cambian en el paso final (el buttercream).

PARA LOS CUPCAKES (12 grandes o 36 pequeños)

125 gramos de mantequilla sin sal
125 gramos de azúcar
140 gramos de harina
1 1/2 cucharada sopera de cacao en polvo sin azúcar
medio sobre de Royal (u otra levadura química)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1/3 vasito de leche
2 huevos
6 galletas Oreo ralladas o pulverizadas

Pulverizar las Oreos con la thermomix es lo más fácil. 

Encendemos el horno a 170º por arriba y por abajo.

Ponemos las cápsulas de cupcakes en su bandeja para horno.

Tamizamos harina+Royal+cacao+Oreos y reservamos.

Mezclamos leche+vainilla y reservamos.

Batimos el azúcar con la mantequilla hasta que se integren bien, y sin dejar de mezclar añadimos los huevos uno a uno.  Añadimos la mitad de la mezcla de harina, sin dejar de batir todo el tiempo.  Añadimos la mezcla de leche, y finalmente el resto de la mezcla de harina batiendo hasta que todo esté bien mezclado.  Es más cómodo con batidora eléctrica pero se puede hacer a mano. Llenamos las cápsulas no más de 2/3 y al horno.



Calculad que los cupcakes grandes a partir de quince minutos estarán hechos, y los pequeños a partir de diez, siempre comprobad con un palillo en la zona más abultada que sale limpio.

Los sacamos y después de cinco minutos los quitamos de la bandeja y los ponemos sobre una rejilla para que se aireen.

BUTTERCREAM

Mientras se hornean podemos ir preparando el buttercream.  Ingredientes:

220 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
400 gramos de icing sugar (si no, azúcar glass)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1/5 vasito leche
6 Oreos ralladas o pulverizadas y posteriormente tamizadas
mini Oreos para decorar (una por cada cupcake más las que os vayáis zampando mientras...)

Ahora viene vuestra elección:

VERSIÓN 1

Batimos todos los ingredientes durante cinco minutos (batidora eléctrica de varillas, thermomix, KA...).  Lo ponemos en la manga y ¡a decorar!

Así quedan con la versión 1

VERSIÓN 2

Batimos todos los ingredientes excepto las Oreo durante cinco minutos, nos quedará un buttercream normal.



Cogemos la manga pastelera y nos ponemos a mano el bol con el buttercream y otro bol con las Oreo ralladas y tamizadas.  Cogemos un poco de cada bol alternativamente y vamos llenando la manga, empezando y acabando siempre con el buttercream, debe quedar como en la foto.



De este modo os quedarán unos cupcakes blancos y negros en lugar de marrones, y aunque los ingredientes sean los mismos, ¡saben muy diferentes!

Versión 2

¡Espero que os haya gustado este post! Si me preguntáis que versión prefiero en cuanto a sabor, para mi gusto personal es la 2, ya se sabe, cuanto más trabajoso es algo normalmente es mejor...pero os aconsejo que probéis las dos y luego me lo contáis.

¡Muchos besos!  :)

jueves, 15 de marzo de 2012

Los maravillosos, los inimitables...Red Velvet Cupcakes!!!!!!!!

Son los favoritos de mucha gente, y yo he de admitir que al principio no entendía el por qué...no me llamaba nada la receta, ni me pegaba un cupcake con cierto sabor a cacao con la crema de queso...pero eso fue hasta que un día fui a Cream Bakery (para mí, la mejor tienda de cupcakes de Madrid, ¡vayáis a verla!  Además Paula, la dueña, es un encanto) y me decidí por un Red Velvet (aunque sin dejar de mirar de reojo a los cupcakes de Oreo).  No me arrepentí...y es que ¡están buenísimos!




Qué sabor, qué jugoso, qué delicia...por supuesto lo siguiente que hice tras apretarme el cupcake fue irme corriendo a comprar el colorante rojo para empezar a trastear.  En ese momento no tenían en la tienda a la que fui, ¡era el único color que no tenían! Y entonces lo entendí todo...la gente estaba secretamente en sus casas horneando cakes y cupcakes de red velvet!!!

La ausencia de colorante rojo no me frenó y me decanté por un magenta súper intenso que funciona prácticamente igual.  Así pues, ¡manos a la obra!

La receta está tomada de la web Joy of baking que es una auténtica maravilla.  Aunque algunos ingredientes os suenen un poco rarunos...¡tened fe, el resultado es genial!

Pero antes de nada, una breve historia sobre el Red Velvet...(este pastel lo merece)

Wikipedia informa de que el Red Velvet (o terciopelo rojo en su versión hispana) es un tipo de bizcocho caracterizado por su color rojizo, el cual es producido por la reacción química entre el cacao y el buttermilk, aunque para un efecto más "dramático" se le suele añadir colorante rojo.  Sus ingredientes clásicos son los mencionados además de harina y azúcar, y como anécdota durante la Gran Depresión se utilizaba remolacha para darle jugosidad y aumentar el color rojizo del bizcocho, aunque la mayoría de la gente utiliza actualmente colorante rojo alimentario.  También se explica que antiguamente los cacaos eran menos "alcalinos" por lo cual no era tan necesario el colorante ya que se producía químicamente un rojo más intenso por la reacción del cacao más puro con el buttermilk.  Su "partenaire" más habitual es la crema de queso, aunque también se han elaborado con buttercream.

Históricamente se cree que esta receta se ubica en el sur de los EE.UU. y fue la compañía tejana Adams Extract la primera en comercializar el colorante rojo y en difundir la receta para que la gente pudiera hacer red velvet en sus casas.

Florence Fabricant en su artículo para New York Times "So naughty, so nice" informa que Magnolia Bakery (la famosa de Sexo en NY) fue el primer lugar de Nueva York en comercializar el red velvet en forma de cupcake, ya que es una pastelería especializada en recetas del sur de EE.UU.  Algunos de los halagos que se dedican a esta receta es "un bizcocho que puede parar el tráfico" o la muy acertada cita de la escritora Angie Mosier "es la Dolly Parton de los pasteles, un poco llamativo pero adorable".

Bueno, tras la chapa que os he soltado (era para que vierais que es un pastel con historia, parece que eso le da más encanto ¿no?), aquí va la receta.

PARA EL BIZCOCHO RED VELVET (12 cupcakes grandes o 36 pequeños)

125 gramos de harina
1/4 cucharadita de levadura química (Royal...)
1/4 cucharadita de sal
1 cucharada sopera rasa de cacao en polvo sin azúcar (Valor...)
60 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
150 gramos de azúcar blanco
1 huevo grande
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
125 ml de buttermilk (120 ml de leche + una cucharada sopera de zumo de limón)
1/2 cucharadita de colorante rojo en pasta (Wilton, Sugarflair...)
1/2 cucharadita de vinagre blanco
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico (sobre morado de "Soda litines" de Mercadona)

Precalentar el horno a 170º y poner la bandeja o rejilla en la penúltima ranura comenzando por arriba.

Preparar los papelitos para cupcakes en sus bandejas.

Preparar el buttermilk:  120 ml de leche a los que añadiremos una cucharada de zumo de limón y lo dejamos reposar al menos cinco minutos para que se corte.



Tamizar juntos harina + cacao + levadura + sal y reservar.


Batir la mantequilla con el azúcar hasta que se integren; con batidora de varillas, thermomix, o para las afortunadas, con Kitchen Aid :)

Añadir el huevo y seguir batiendo.  Añadir el extracto de vainilla y seguir batiendo.  Añadir alternando, la mitad de la mezcla de harina, el buttermilk y el resto de la harina, todo ello sin dejar de batir.


En un vasito o tacita, mezclar el vinagre con el bicarbonato sódico y cuando burbujee, añadirlo a la mezcla anterior.

Burbujea, ¡es genial! 

Finalmente, coger un poquito de colorante rojo e incorporarlo a la mezcla hasta que quede completamente teñida.  ¡Queda un color gracioso!
Un poquito de colorante...

Empezamos a mezclar y...

¡CHAN CHAN!

Repartir la mezcla entre los moldes, yo utilizo un aparato de hacer bolas de helado para coger más o menos la misma cantidad y que se hagan todos a la vez en el horno.


Hornear, los cupcakes pequeños estarán a partir de 10-12 minutos y los grandes a partir de 15.  En cuanto pinchemos con un palillo y salga limpio, los sacaremos.  Después de cinco minutos, los sacamos de sus moldes con cuidado y los ponemos en una rejilla para que se aireen.



PARA LA CREMA DE QUESO

125 gramos de queso crema tipo Philadelphia (vale cualquier marca pero ¡que no sea light!)  O como le pasó a la tía de una amiga mía, que no sea a las finas hierbas tampoco ;)
Aunque un día podríamos probar un frosting de queso a las finas hierbas sobre un cupcake salado...anoto la idea.
300 gramos de icing sugar (si no encontráis, azúcar glass tamizado)
60 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente

Batir con batidora la mantequilla con el azúcar (tapar el bol con un paño para que no salga el azúcar volando).  Una vez integrado, añadir el queso crema y seguir batiendo hasta que se mezcle todo.  ¡No más o puede que se os derrita el invento!


Decorar los cupcakes con la manga pastelera.  Aquí pretendo haceros un paso a paso de cómo hacer las rosas, las fotos las hizo mi madre, siento los "detalles del fondo" jajaja!

Empezamos por el centro y vamos rodeando hacia el exterior.



Yo la primera vez que los hice les puse unos corazoncitos,  y esta vez les he puesto azúcar rojo.  ¡Pero al natural también están bonitos, con el contraste del rojo y el blanco!



Precisamente por su colorido son unos cupcakes muy utilizados en EE.UU. para Navidades y San Valentín, e incluso se me ocurre que podría teñirse de verde la crema de queso y quedarían navideños totales!!

He hecho esta foto para que veáis que hay marcas de papelitos que aguantan mejor que otras el paso por el horno...la de los cupcakes grandes es Squires Kitchen y la de los pequeños, Wilton.  Lo que no entiendo es por qué se me han despegado los grandes, normalmente no me pasa...humm!



Espero que os haya gustado...y hasta aquí por hoy, muchos besotes!!

Clara

martes, 6 de marzo de 2012

Una delicia blanca y negra...tarta triple de chocolate y nata

Muy buenas!! Hoy os traigo una tarta deliciosa, puedo decir que hasta la fecha es la más rica que he hecho.  La hice la semana pasada para el cumpleaños de una amiga ¡y triunfó! Además de ser visualmente muy atractiva en blanco y negro.

Aquí ya un poco destrozadilla...

Es una variación de la de Bea  ya que yo la hice más "chocolatosa", es decir la proporción de chocolate es mayor, además hice una simplificación; en lugar de tres moldes hice dos, uno lleno y otro a la mitad, y el lleno luego lo partí para crear tres capas de bizcocho casi iguales.  No sé si me explico... :P

Aquí va la receta con las cantidades que yo utilicé para un molde circular (yo lo usé desmontable) de 21 cms. de diámetro:

EL BIZCOCHO

200 gr. de chocolate para repostería
115 gr. de mantequilla sin sal
240 gr. de harina normal
230 gr. de azúcar moreno
2 huevos grandes
1 cucharadita de levadura química (Royal o similar)
1 cucharadita de bicarbonato sódico (en Mercadona, lo venden como "gasificante litines", una cajita morada.  Contiene sobres morados y blancos, el bicarbonato es el morado)
una pizca de sal
330 ml. de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla

Encendemos el horno a 170 grados.  Engrasamos con aceite o mantequilla el molde que vayamos a utilizar, si tenemos dos iguales perfecto, si no tenemos (como yo) haremos esta operación por duplicado (hornearemos dos bizcochos uno después del otro, vaya).  A continuación forramos el molde con papel de horno.  (Podéis ver detalle de esto en la foto de abajo donde relleno el molde).  El "truquillo" que utilicé yo para crear tres capas iguales de bizcocho fue llenar una vez el molde el doble que la otra, para a continuación el bizcocho que me quedó mas "gordito" partirlo en dos y crear de esta manera tres alturas para rellenar, más o menos del mismo grosor.

Derretimos el chocolate al baño maría y reservamos.

Tamizamos la harina+levadura+bicarbonato+sal y reservamos.

Montamos las claras a punto de nieve y reservamos.

Batimos las yemas hasta que hagan "espumilla" y reservamos.

Mezclar la leche con el extracto de vainilla y reservar.

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que se integren y la mezcla claree.

Añadir poco a poco las yemas y batir a mano hasta que se integre.  Añadir el chocolate, ya frío, y seguir mezclando.  Añadir poco a poco y alternando la mezcla de harina y la de leche sin dejar de batir a mano.




Cuando esté bien mezclado, añadir las claras montadas, con una espátula, suavemente e incorporar mezclando suavemente, no batiendo, para que no se bajen.


Repartir la mezcla en los moldes o echar dos terceras partes en un molde redondo de 21 cms.  Si vuestro molde es más pequeño, echadlo en tres veces y hornead tres bizcochos.

Aquí se aprecia el molde forrado. 


A ojo veréis fácilmente cómo lo podéis hacer (en dos o tres veces según el tamaño de vuestro/s molde/s).



Hornear a 170º una media hora, a partir de los 25 minutos id pinchando con un palillo, cuando salga limpio por la zona central del bizcocho, está listo.



Cuando esté ya bastante frío, desmoldar con cuidado y poner en una rejilla a que acabe de enfriar, bocabajo.  Posteriormente siempre utilizaremos los bizcochos bocabajo porque es su cara más lisa, de este modo las capas y el conjunto de la tarta quedarán totalmente planos y no abombados.

Este bizcocho es jugosísimo y os aguanta varios días, lo ideal es como mínimo tenerlo un día en la nevera envuelto en papel film para que asiente la miga, pero para que os hagáis una idea yo lo hice el miércoles por la mañana y nos lo comimos el sábado por la noche y estaba de muerte!! El truco es no rellenar ni cubrir la tarta hasta el día en que se vaya a comer.

EL RELLENO/CUBIERTA

100 gramos queso crema entero (Philadelphia o similar, yo usé marca Hacendado)
500 gramos nata para montar (con el mayor porcentaje de grasa posible para que sea más "densa")
100 gramos azúcar glass (aproximadamente, podéis añadir o quitar un poco según cómo de dulce os guste el asunto)

Montamos la nata bien fría con el azúcar glass.  Añadimos el queso y lo integramos, sin batir de más para que no se nos derrita la mezcla.

Con ello, rellenamos la tarta.  Como referencia, yo utilicé tres cucharadas soperas bien grandotas para cada capa, y lo demás para "forrarla".  Primero se le da una capa fina, ayudándonos con una espátula, yo me he hecho con una de la marca PME, pero con un cuchillo grande de untar o una lengua de gato nos podemos apañar.  Hay que tener cuidado para no sacar migas y que se nos ponga fea la tarta o peor, se nos destroce.


Tras una capa fina de "imprimación" (reminiscencias de la carrera,...ainss) metemos la tarta a la nevera una horita para que endurezca un poco.


Al sacarla, acabamos de decorarla con el resto de la crema y la dejamos lo más lisita posible.


 Yo para decorarla hice una mezcla de 150 gramos de chocolate de cobertura y unos 50 de mantequilla (fundimos el chocolate al baño maría y luego la mantequilla a temperatura ambiente se derrite en él mezclando a mano) y luego con la manga y la boquilla 1M de Wilton hice unos churritos.  ¡Esperad a que se enfríe el chocolate o os derretirá la nata de la tarta al aplicarlo con la boquilla!


Esta receta va genial también para cupcakes, si la utilizáis ya me contaréis pero seguro que un triunfo total!!

Un besote y me voy a dormir que ya es tarde!