La receta que traigo muchos la conoceréis porque es súper fácil, rica y no necesita horno. No está en los libros pero mucha gente se la ha pasado de "boca a boca" y, para los que aún no la tengáis apuntada por ahí, os la traigo. Resuelve cualquier compromiso que tengáis porque es sencilla, rápida y muy sabrosa.
INGREDIENTES
1 litro de leche entera
8 quesitos de porciones (no light)
sobaos pasiegos (número variable según el tamaño, yo utilicé de los pequeños y usé 9)
2 sobres de preparado de cuajada Royal
14 cucharadas soperas de azúcar blanco
En un cazo, calentamos 7 cucharadas soperas de azúcar y, cuando se vaya derritiendo y haciendo caramelo, removemos hasta que justo se disuelva del todo y apagamos el fuego. Si lo dejamos más se quemará así que cuidadín.
Volcamos inmediatamente el caramelo en un bol grande como de ensaladas o en una flanera tamaño familiar y lo movemos intentando que se esparza lo más posible dentro del molde (esto hay que hacerlo rápido porque el caramelo se seca a la velocidad del rayo, y con cuidado, que no queremos quemarnos la mano-lo digo por experiencia propia-).
Dejamos el molde aparte, y en un cazo más grande, echamos el litro de leche, del que previamente habremos apartado un vaso, y añadimos otras 7 cucharadas soperas de azúcar. Removemos y calentamos despacio. En el vaso de leche desleímos los dos sobres de preparado de cuajada, removemos bien con una cuchara hasta que no queden grumos, y lo añadimos al resto de la leche con azúcar.
Este paso es muy importante hacerlo bien para que luego no haya "tropezones" no deseados y el flan tenga buena textura. A continuación, añadimos los ocho quesitos y llevamos la mezcla a ebullición mientras removemos.
Probamos un poquito y si nos parece, le añadimos algo más de azúcar, a nuestro gusto. Hay que tener en cuenta que luego los sobaos y el caramelo añaden más dulzor al conjunto, así que no es necesario que esta mezcla quede excesivamente dulce.
Cuando llegue a romper la ebullición, apagamos el fuego y metemos la batidora de mano en la cacerola, batimos un poco para que se acaben de deshacer los quesitos y quede una mezcla homogénea. ¡Cuidado con las salpicaduras que también queman!
A continuación, volcamos esta mezcla sobre el molde preparado con el caramelo, y acto seguido cubrimos la superficie con los sobaos, sin dejar huecos en lo posible, partiendo y acomodando los sobaos. Los apretamos contra la crema para que se "embeban" bien y queden más jugosos.
Un truco que podemos utilizar es poner un plato hondo sobre la superficie cubierta de sobaos, para "obligarlos" a hundirse en la crema.
Cuando veamos que el bol se ha enfriado y está a temperatura ambiente, lo metemos en la nevera mínimo 4 o 5 horas. Después de ese tiempo ya se puede desmoldar. Se desmolda sin ninguna complicación, quedando los sobaos en la base y el caramelo fundido sobre la crema. Yo aconsejo desmoldarlo por lo menos un par de horas antes de comerlo, para que la presión de la crema sobre los sobaos y el caramelo al caer los empapen más y nos aseguraremos que están bien jugosos. Sacadlo de la nevera unos 20 minutos antes de comerlo para que no esté demasiado frío...y ¡a disfrutar!
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Me parece un postre muy fácil de preparar y además tiene una pinta estupenda. Q cremoso!. Un besote.
ResponderEliminarAliño con cariño
muchas gracias Arae!! la verdad es que es un postre agradecido y que te saca de cualquier compromiso :D
EliminarQué buenísimo! Los sobaos le dan un toque estupendo. Me quedo de seguidora y me llevo un trocito a:
ResponderEliminarhttp://unangelenmicocina.blogspot.com.es/
Besos.
muchas gracias guapa!! cuanto pueda cotilleo tu blog!! besotes :)
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